¿Por qué flotamos?

Por la necesidad de dar a conocer un género en constante crecimiento y expansión. Un estilo que ha dejado de ser música para la playita, y que pasó de una vez y para siempre, al centro de las preferencias de muchos. Y además principalmente, porque amamos esa cadencia, vehículo de amor y compromiso social, de lucha y poesía.
La idea, nació con una sensación: escuchar reggae se asemeja a estar pisando un colchón de nubes, algo parecido al éxtasis musical acompañado de la paz inmensa que se origina en el bajo o la emotividad de una fila de caños que dispara melodías.
Entonces no había otra que compartir tanta belleza. La excusa ya era buena, faltaba materializarlo en un proyecto, y como no somos músicos, preferimos hacer un programa de radio…


PISANDO NUBES


*******************************************************

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Bonetto: más claro, echale agua


Encontré esta nota de casualidad en la web y la leí con desgano, no imaginando encontrar nada demasiado novedoso. Aclaro que la calidad del escriba era de media para abajo.
Pero a medida que avanzaba en el cuerpo, iba descubriendo que lo que decía Guille Bonetto, frontman de Los Cafres, era increíblemente cierto, sabio y bello.
Me parecía bueno compartirlo con ustedes, habiéndome tomado el trabajito de marcar en negrita las mejores frases.
Que la disfruten.


Los Cafres: “El Reggae es una música para viajar”

El grupo más convocante de la escena local vuelve al ruedo con “Barrilete” y “Hombre simple”. Su líder, Guillermo Bonetto, charló con nosotros sobre el presente de la banda y su visión acerca del rastafarismo.

Siete de la tarde. El sofocante calor que se apoderó de Buenos Aires amenaza con derretirlo todo. Sin embargo, ni las inclemencias del clima ni tener que pasarse todo el día haciendo entrevistas parece alterar el buen humor de Guillermo Bonetto, cantante de Los Cafres y uno de los principales referentes del reggae local. Sucede que el grupo editó dos discos este año (“Barrilete” y “Un hombre simple”) y, por lo tanto, es tiempo de hacer notas. Bonetto lo sabe y se presta con mucha amabilidad a este reportaje. Por eso, lo que sigue es el registro de una conversación dominada por un tono alegre y distendido.

¿Por qué decidieron editar un disco doble?


Fue más bien algo impulsivo. Nos manejamos muy visceralmente, es el caos que nos caracteriza y nos fortalece. Eso genera mucho material en Los Cafres. Desde fines del 2005 empezamos a pensar en un disco para hacer al año siguiente. Tenía más de 200 temas de zapadas, ponele que no fueran todos buenos, pero había cien que estaban bien. Ése es solo un 30 por ciento del disco, el resto son los temas que cada uno trajo.

En estos tiempos parece casi un suicidio comercial sacar un disco doble de material nuevo ¿Tuvieron trabas en el camino?


Fue un acto de locura, pero no de suicidio tipo “¡Punk not dead, loco!”. Fue un acto de jugarnos, viendo el tema del probable “peligro” no ves el atractivo. Son dos discos de Los Cafres y los temas sabemos que están buenos. Tuvimos las trabas lógicas pero con buena voluntad de parte de DBN y Pop Art, aunque obviamente no era la idea original de ellos porque es más caro.

¿Hay un concepto o una idea en común en los dos discos?


No conceptual de palabras, sino de la frecuencia que nos une, de lo que nos hace ser este grupo. Siempre hay algo que no estamos hablando y que se repite en los temas de cada uno, tenemos una armonía. Con Los Cafres nos pasan cosas fuertes a ese nivel, de no hablar cosas y que los otros ya saben lo que estás pensando, tenemos muchas cosas en común. Yo sé que si ellos hacen una nota y yo no estoy, vamos a decir las mismas cosas con distintas palabras.

¿Suelen componer en los ensayos o escribe cada uno por separado y luego se lo muestra al resto del grupo?

Hacemos las dos cosas, yo trato de grabar todo. En realidad habría que grabar todo con buen sonido y ahí tendrías la versión original del tema, algún día lo vamos a hacer. Había muchos temas que estaban perfectos de la zapada misma. Eso es lo bueno que tenemos Los Cafres, podemos arreglar bien los temas en el momento. Cada uno tiene su lugar y eso es parte de ese concepto que no se da porque sí. No es algo tan estrambótico; al contrario, el resultado es lo estrambótico. Somos cinco componiendo.

¿Cuál es el futuro cercano de la banda?

Terminar el video de “Bastará”, soñar la presentación del disco para el año que viene y tocar en el verano. También nos vamos a Chile y tocamos en el Personal Fest.

¿Se sienten cómodos en los shows muy grandes?

Somos re cancheros. La gente piensa que somos unos giles pero no saben nada (risas). Hablando claro: te da más miedo un show chico que uno grande. Si muchos conocen los temas es buenísimo. Si hay 20000 personas y 10000 están cantando, está bueno.

Tenés un estilo para cantar muy definido y reconocible. ¿Te costó encontrar “tu” voz?

Fue mucho laburo psíquico, lo que más me costó fue aprender a apreciarme. Me gustan muy buenos cantantes, y no llegar a ser como ellos te hace sufrir. Escuchás que tu voz es diferente y pensás “no me parezco a nadie” A mí siempre me gustó cantar, pero cuando me escuchaba sufría mucho. En algún momento aprendí a apreciarme y coincidió con la época en la que comencé a cantar mejor. Es como que uno se suelta más y aprecia lo que esta haciendo. Actuándolo, pero desde el punto de vista de la sensación, entrás en el tema.

¿Te gustan esos grupos de finales de los setenta que no son exclusivamente de reggae pero interpretan reggaes como The Clash?

Pasa que ése es un grupo buenísimo. Si son buenos los escucho, como The Police, que como reggae es una mierda pero la música me encanta, me fascina. Copeland (Stewart, baterista del trío británico) tocando es increíble. Nosotros somos muy abiertos con lo que escuchamos, pero depende de qué estás hablando. Por ejemplo; me encantan Los Abuelos de la Nada y me parecen super talentosos todos, pero los reggaes que hacían me gustaban como canciones y no como reggaes. Me gusta “Sin gamulán”, pero si quiero escuchar reggae no pongo eso, si quiero escuchar a Los abuelos .

¿Te parece que el reggae es una música difícil de interpretar para los músicos de otros géneros?

Sé que si alguien que no canta o no toca reggae le cuesta mucho. Es una música sencilla, pero no es fácil o de interpretar. Tiene unas características muy especiales; no tenés que tener miedo a otras cosas que otros músicos sí les tienen miedo, como impurezas que son parte del género y que tienen que estar. Si cantás demasiado bien no está muy bueno. El reggae tiene una filosofía en sí, una estética propia de contraposiciones, de cosas super delicadas, super primitivas, super mántricas y super sutiles. Es una relación eterna el hecho que hace que las cosas giren, los graves con los agudos y cada cosa en su lugar. El silencio tiene mucha importancia en el reggae, eso hace a los reggae increíbles: el silencio y que cada nota encuentre su lugar y su frecuencia. Es como tocar una rítmica: es lo más sencillo y lo más difícil a la vez del reggae.

Cuando hablas de la filosofía que tiene el reggae, ¿pensás que sigue estando conectada con el movimiento Rastafari?


Yo me refiero a otra cosa, a la religiosidad que tiene la música, el reggae como concepto artístico, como una movida artística. Ni siquiera como precepto, sino como una cuestión de que te gusta o no. Para que te guste, necesitas una cierta frecuencia, una cierta forma de vivir y de ver las cosas. Mucha gente fuma porro, por ejemplo, y otra no lo hace. No es una obligación, pero es una tendencia a la onda meditativa que tiene el que escucha reggae, que en un punto baja y le gusta viajar por dentro. El reggae es una música para viajar. Si escuchás reggae es porque te gusta viajar, aunque no sea por medio de las drogas sino porque te gusta dejarte ir. Es una cuestión de tendencia y esa es la filosofía a la que me refiero.

¿Y el rastafarismo donde entra?

El rastafarismo le dio mucho peso al reggae y tiene mucho que ver. Le dio una densidad y un mensaje super pesado en su origen en Jamaica. Se refiere a la dignidad, a lo que el ser humano está perdiendo todo el tiempo. Fijate como nos concierne a todos; Jamaica es igual que nosotros, es el tercer mundo, los cagan igual que a nosotros. Es muy común a todos lo que habla el Rasta en su mensaje pro unidad. La sangre es una sola: one blood, one love. Todos necesitamos lo mismo. No hay diferencias entre el hombre blanco y el negro. Somos la misma cosa, que es el concepto de unidad que tiene… cualquier persona que piensa. Si sabés de química, llegás a la misma conclusión que un tipo super místico que está en la montaña. Estamos hechos de agua. Esa es la unidad y es verdad, todos somos y queremos lo mismo. Este vaso (señala un vaso con agua) también somos nosotros; este vidrio debe tener algún componente en común con nosotros (risas).

¿Pero creés que todas las bandas de reggae conocen el mensaje del rastafarismo?

Creo que sí. Si hacés reggae, buscás esa mística aunque no hables de Rasta. El reggae tiene en sí mismo impreso el mapa de la frecuencia. Si te gusta el reggae es porque entraste ahí. Ésa es la filosofía: te gusta porque te gusta el silencio, los respetos, que cada cosa sea clara. Te gustan el amor y la guerra, sos un soldado. Y eso está ahí. Los tipos como Marley cantan como mujeres y no son putos. Es una filosofía que está implícita en la música. Pero lo que vos decís de los Rastas fue variando. Incluso ahora hay movimientos muy derechistas que dicen que el negro es superior. Se volvió lo contrario de lo bueno del mensaje del Rasta, la unidad. No hay diferencias.

TXT BY: DIEGO VALENTE

1 comentario:

kika dijo...

no te la puedo creer. esa nota, impecable, sincera y noble como él, la tengo impresa y guardada desde el año pasado! al cuerno con las "casualidades".

Gracias por el espacio, el cariño, la contención, la data, las invitaciones, en mi debut como "dj" ayer. Esto va para los cuatro!

Guarda que toca Eugene Grey el finde que viene. Espero que puedan ir.
(y Erick Truffaz el 18 en la Trastienda, y SOJA el 8/9 en Niceto..)

Respetos totales,
Marina Bois